Algunos bancos occidentales controlan el mercado del crédito en los países de los Balcanes. Y no tienen ninguna intención de abandonar la región, a pesar de la crisis, porque la Europa del sudeste es, por muchas razones, la “gallina de los huevos de oro”.
Los datos publicados recientemente por la Unión Europea sobre las instituciones bancarias de Serbia muestran un estancamiento del mercado de los préstamos en el país desde hace más de cuatro meses. Una situación que inquieta a los analistas económicos, que ven en ello la confirmación de un letargo económico general; pero preocupa aún más a los bancos europeos, ya que por cada euro invertido en la Europa oriental obtienen un beneficio que duplica el de los mercados de la Europa occidental.
Nadie desinvierte
Probablemente sea esta el motivo último por el que en la conferencia Euromoney, que se ha celebrado recientemente en Viena, pese a todos los pronósticos de los analistas los bancos internacionales decidieran no abandonar los mercados de la región, no retirar sus capitales ni reducir sus actividades de crédito. Como consecuencia de ello, el “deleveraging” (es decir, la desinversión financiera), el término más repetido durante la mencionada conferencia, no parece estar en el orden del día.
Según los analistas del grupo Unicredit, el rendimiento medio de los capitales invertidos por los bancos en la Europa central y oriental durante el período 2012-2015 será del 10,9%. Las rentas de la zona están bajo presión, pero los márgenes de beneficio continúan siendo dos veces superiores a los de la Europa occidental. “Mientras en los países de la moneda única el sector bancario topa con un ambiente económico incierto y con grandes turbulencias, los beneficios aumentan a buen ritmo en la Europa central y oriental”, reconoce Unicredit.
No todos son iguales
Sin embargo, entre los países del Este de Europa se dan enormes diferencias de renta y de potencial de desarrollo. Los mejores clasificados son, sin duda, Turquía y Rusia. Al final de la lista se encuentra Eslovenia, hasta el extremo de que el Raiffeisen ha anunciado el despido de dos tercios de sus empleados eslovenos desde ahora hasta 2015 y que mantendrá activo sólo un tercio de los capitales actuales, al tiempo que se orientará hacia la colaboración con las empresas más grandes y con los “afortunados” que estén en condiciones de realizar préstamos transfronterizos.
Herbert Stepic, responsable de Raiffeisen International, ha manifestado claramente que su banco no tiene intención de retirarse de la región, donde obtiene buenos resultados, aunque en el futuro las inversiones se reorientarán hacia otros países de la zona. En otros estados, como Serbia, por ejemplo, el Raiffeisen se limitará a mantener la actividad actual.
Así pues, los bancos austriacos, italianos y franceses, que controlan la mayor parte de los mercados de la región, conservarán sus posiciones, pero realizando las inversiones de una manera muy selectiva y reduciendo sus gastos globales. La primera preocupación de todos los bancos con capital extranjero que operan en la región es la de reducir gastos. La prioridad de todos ellos es el cierre de las filiales que no sean rentables y economizar a todos los niveles.
Un 20% de créditos sin garantías
El análisis de Unicredit alude a que “la rentabilidad en los Balcanes tenderá caer”, y que “la calidad de los activos será uno de los motivos de riesgo por lo menos hasta 2014”. Es, precisamente, la calidad de los activos y los préstamos sin garantías (Non Performing Loans - NPL) lo que resulta más preocupante. Sin embargo, cuando se tienen en cuenta los intereses aplicados a los préstamos, difícilmente se puede sentir compasión por los bancos.
Casi el 20% de los préstamos concedidos en Serbia resultan ser NPL, un dato que puede equipararse al de otros países de la región, lo cual significa, según Unicredit, que “algunos bancos podrían estar seriamente amenazados” porque, si se tiene en cuenta que este dato es un promedio, significa que en algunos bancos el porcentaje de NPL es más elevado, como explica Lalit Raina, del Banco Mundial.
A su entender, el principal problema de los negocios en el sur de Europa es que los bancos han demostrado tener una estrategia de entrada –es decir, saben cómo llegar, invertir un capital y conceder préstamos–, pero no han tenido nunca una estrategia de salida y, por tanto, no saben cómo deshacerse de los NPL acumulados durante años. La solución estándar, según Lalit Raina, consistiría en reprogramar esos préstamos o entrar en un proceso de liquidación.
El problema principal, no obstante, es que el escalonamiento de los créditos exige una ampliación de capital, ya que la mayor parte de los países de la región no dispone de los instrumentos jurídicos adecuados ni de las condiciones políticas generales adecuadas para llegar al fondo de ese proceso. El problema de los NPL no es tan grave cuando se trata de préstamos a personas físicas, “pues éstas se esfuerzan para liquidarlos en su totalidad” por temor a perder los bienes inmuebles que han hipotecado al solicitar la apertura de crédito.
Al mismo tiempo, los banqueros occidentales han de enfrentarse con la competencia de capitales orientales, un fenómeno que generalmente subestimaron hasta que Mlađan Dinkić, ministro de Economía de Serbia, admitió que su país recomienda a todos los demás de la región que empiecen a buscar inversores en Rusia, China, Turquía y los Emiratos Árabes, puesto que los bancos europeos han demostrado su incapacidad para conceder una cantidad suficiente de crédito a la región.
Perspectivas de crecimiento récord en Rusia y Turquía
“Comparándolo con el de los países occidentales, el potencial de crecimiento a largo plazo de los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) no ha sufrido variaciones, pero algunas de esas economías son especialmente interesantes con respecto a otros mercados en vías de desarrollo”, explica Gianni Franco Papa, director de la división bancaria de Unicredit para la región.
La tasa de crecimiento anual del PIB en los países de la CEI y en Turquía se mantendrá en el 4,4% entre 2013 y 2017, es decir, será mayor que en Oriente Medio o en el norte de África, donde el crecimiento se limitará al 4,2%, e incluso que en Latinoamérica, que tendrá una tasa media de crecimiento del 4%, mientras que en la eurozona ésta no superará el 1,2%.
(Artículo publicado en Danas el 20 de enero de 2013 y reproducido por Le Courrier des Balkans y Osservatorio Balcani e Caucaso. Su publicación ha sido posible gracias a la contribución de la Unión Europea. La responsabilidad sobre los contenidos no refleja en modo alguno la opinión de la Unión Europea.)
Este artículo ha sido traducido del italiano para Casa Balcanes por Albert Lázaro-Tinaut.
Más sobre perspectivas económicas en los Balcanes en el análisis de Erik Berglof, del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo
Enlaces de interés:
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