CASA BALCANES
  Cultura   Balcanes 22/06/2013

Quitarse de encima la piel de Gregorio Samsa

Los Balcanes en la Bienal de Venecia

"Nothing between us": Pabellón serbio

Si Vladimir Perić no fuera artista veríamos su manía de acopiar objetos de mercadillo como el síntoma inequívoco de un acumulador. Al verlos en la interpretación del propio artista, esta colección de juguetes de 1968, no puede más que movernos a la melancolía, como último vestigio de una generación perdida y disgregada. Un muro cubierto por Mickey's Mouses de goma, de ésos que llevan un pito estridente para hacerlos sonar, conmueve al espectador. Algunos, tienen desfigurado el rostro, se les ha borrado la boca, como a esa generación que no se reunirá nunca más, quizá como al pueblo serbio se le ha obligado a quedar en silencio después de la reciente historia en los Balcanes. Tal vez la propia elección del símbolo de América, el travieso ratón sea parte de ese aviso a navegantes. En otra obra del serbio, objetos como fundas de piel de cámaras de fotos, artefactos con una función diversa, la de cubrir el aparato retratador, aparecen reconvertidas en máscaras animalísticas, susceptibles de ser inmortalizadas ellas mismas, en el particular foto-safari del autor. Todas ellas piezas articuladas para componer un algo distinto que es la creación Nema ničega između nas, del serbio Vladimir Perić, impulsor del Museo de la Infancia que verá la luz en 2016.

El otro creador del pabellón serbio es Miloš Tomić nos permite asomarnos al sonido de la vida diaria, a esos velcros del niño que chilla cuando juegan con ellos para hacer música, al tintinear de las monedas, la música que surge de las cacerolas, de un sacudidor de alfombras -de esos que usaba Jaimita Zapatilla para reconvenir a Zipi y Zape- o de los propios dedos sobre un cristal empañado por la escarcha, las botas de goma entrechocándose sobre la hierba húmeda. Quizá porque cuando dejamos de emitir ruido hemos trascendido la materia con la que lo producimos y porque para Tomić la música cotidiana es la suplencia de una vocación insatisfecha y una conexión con lo inmediato, incluso aquello en lo que no reparamos o despreciamos por la convención que cataloga la basura.

"For Our Economy and Culture": Pabellón esloveno

El Anophthalmus hitleri, escarabajo autóctono de su país, es la excusa perfecta para que Jasmina Cibic, la representante del pabellón esloveno sobre la identidad nacional y el desgaste de esas mitologías particulares, nunca exactamente ciertas que se elaboran a partir de ideologías que ensalzan el bienestar de la ciudadanía de forma malévola y reconvierten a su antojo los recintos sagrados de la burguesía para mayor gloria del socialismo yugoslavo. La omnipresencia del coleóptero en salas aparentemente plácidas, llega a asfixiar al visitante haciéndole cuestionarse la magnificencia de los entramados sociopolíticos de las dictaduras donde todo está al servicio del poder. Za naše gospodarstvo in kulturo se completa con dos piezas audiovisuales donde reflexiona sobre la apropiación de la cultura por parte de los Estados que generan una iconografía, empleando para ello dos espacios icónicos como la residencia de Tito en el lago Bled y la Asamblea Popular para subvertir ese discurso comúnmente aceptado de las naturalezas muertas que decoran los edificios institucionales.

"An Immaterial Retrospective of the Venice Biennale" y "Reflection Centre for Suspended Histories. An Attempt": Pabellón rumano

¿Sabría usted reconocer una representación sobre el Guernica de Picasso una performance reconfigurada de Marina Abramović? Pues ésa es el trabajo de esa retrospectiva inmaterial de la Bienal veneciana (O retrospectivă imaterială a Bienalei de la Veneţia) que corre a cargo de Alexandra Pirici, Manuel Pelmus y un grupo de artistas performativos que nos acompañan por el más de medio siglo del certamen para recrear las piezas más representativas a lo largo de estos años. Por encima o junto a la admiración por los grandes que han pasado por Venecia los artistas se plantean de forma paródica esa reconstrucción del arte desde una óptica muchas veces conservadora y eurocentrista, además de enfrentar al público a ese snobismo bagaje enciclopédico presuntamente inherente al buen conocedor del arte contemporáneo.

"Reflection Center for Suspended Histories. An attempt" (Centru de reflecţie pentru istorii suspendate. O încercare) por su parte, nos enseña cómo los grandes eventos se inmiscuyen en nuestras vidas, a abordar la historia desde lo pequeño, lo que tuvo que detenerse para dejar paso a los acontecimientos que nos arrollaron. Apparatus 22 (Dragos Olea, Maria Farcas, Erika Olea), Irina Botea and Nicu Ilfoveanu, Adi Matei, Olivia Mihaltianu, Sebastian Moldovan y una infiltrada polaca, Karolina Bregula descontextualizan el arte que las estructuras políticas del pasado totalitario nos vendieron para dotarlo de un sentido nuevo.

"The garden of delights": Pabellón bosnio

Mladen Miljanović concede a sus amigos el poder decisorio definitivo y hasta juega a la provocación extrema grabando en mármol las respuestas por sms acerca de lo que les gustaría ver en la muestra veneciana. A partir de esa maximización del placer individual nos invita a pasear por su "Jardín de las delicias" que como el de El Bosco ofrece la implacable perversión del deseo cuando el sujeto prescinde de la comunidad, creando un espacio de colectividades aisladas. El artista abandona la estética del sufrimiento asociada desde la guerra de los Balcanes con la identidad de su país para componer un paisaje de voliciones en blanco y negro, a veces monstruosos retratos con la rotundidad de una viviseccción que uno no quisiera mostrar. Una diversidad que puede llegar a ser creativa como esos retratos del disenso de la sociedad bosnia, representado en esa sinfonía del absurdo para la que contó con la colaboración de la Orquesta Sinfónica de Banja Luka, al fin y al cabo un remedo de la variedad de un país troquelado que halla su mejor representación en las imágenes florales que aúnan la pluralidad de la belleza sobre la superficie de unas losas que inconscientemente nos transportan a la muerte.

"History Zero": Pabellón griego

El griego Stefanos Tsivopoulos esculpe las paredes con la tinta de cientos de titulares de prensa, pedazos de libros, fotocopias de billetes que recuperan la delgada huella de las monedas. Todo para, en lugar de recrearse en la depresión de la actual situación griega, indagar en cómo nuestros actos afectan a los demás, para encontrar los orígenes de esa crisis, sustentada en el colapso del mundo financiero y que habrá de obligarnos a reconstruir nuestros valores. La transformación del valor monetario, de las pautas de los mercados en otros más amables como el intercambio quedan captadas en esas paredes y del mismo modo interrogan al espectador desde las tres historias de la producción audiovisual del creador heleno. Historias presentadas desde el sosiego -¡no busquen manifestantes gritones en las calles de Atenas!-, pues la desazón se ha incorporado a las vidas de sus compatriotas con la misma parsimonia con que vemos recoger chatarra al inmigrante africano, una de las víctimas de esa reinterpretación de los valores democráticos, o desde la misma distancia del artista alemán que no ha cambiado el foco sobre el panorama griego y se limita a apropiarse con su obra del patrimonio visual.

"Between the Sky and the Earth": Pabellón croata

La interacción con el visitante domina el trabajo de la croata Kata Mijatovic que se encierra en sus jaulas personales frente al espectador, compartiendo así quizá una de sus pesadillas, que configuran el Archivo de los Sueños. El pabellón de Croacia abre una puerta al subconsciente de nuestra propiedad más personal y más difícil de comunicar, nuestros sueños, sobre todo en una sociedad que los aparca progresivamente al lugar de la represión, constituyendo individuos desintegrados, que dibujan imágenes del mundo cada vez más desconectadas entre sí, ahondando en la incomprensión mutua. Aparte de brindarnos sitio para la confidencia, la artista rinde un particular homenaje al Fellini más onírico en la performance "Unconscious: Canal Grande" con esa mujer entregada al trayecto por la ciudad de las góndolas, en una pintada de un blanco impoluto para separarnos de esa realidad convencional que nos agrede y arrastrarnos a la inmersión en ese inconsciente siempre controlado. Quizá el de la autora haya querido trazar ese viaje, un cruzar al otro lado que el próximo 1 de julio emprenderá su país con la entrada en la UE.

Petrit Halilaj: Pabellón kosovar

Adentrarse en lo ignoto, en lo desconocido, asomarse a esa luz intuida apenas es la oportunidad que nos ofrece el primer artista kosovar invitado a participar en una Bienal de Venecia. Petrit Halilaj dispone en el pabellón de su país una estructura que recrea un bosque inhóspito al que sólo los más intrépidos se atreven a acceder y que recompensa al espectador osado con la visión de ese pájaro luminoso al final de la aventura. En el espíritu del autor puede que esté el transponer en formas matéricas el desconocimiento que suscita su terruño, percibido como ese espacio oscuro donde brilla finalmente la vida, personificada en esos pájaros, imagen nada baladí si pensamos en la significación de las aves en el imaginario popular. El propio encuentro de los materiales empleados, traídos unos de su tierra natal, la del desarraigo y otros de la de acogida, trasladan al visitante la idea de crear espacios de intercambio entre puntos tan distantes como Kosovo y Alemania

Silentio Pathologia: Pabellón macedonio

Elpida Hadzi-Vasileva devuelve la peste a Venecia, o al menos lo hace metafóricamente con ese laberinto confeccionado con 700 pieles de ratas albinas, 907.000 capullos de seda y otros 150 metros de este material. Un pasaje del horror o de una cruel belleza que irrumpe escultórica frente al transeunte que camina por los pasillos de la instalación hasta toparse con los congéneres de aquellas ratas, esta vez vivas, transformando al espectador espeluznado en rata él mismo de este macabro laboratorio. Una pieza que insta al visitante a moverse a través de rutas que se estrechan a su paso insistiendo en la repulsión. Una crítica al comercio de especies, pero también a la diseminación de la enfermedad asociada a la expulsión, al rechazo social de los diferentes, con los que, como los pasillos asfixiantes de esta obra hay que tomar contacto irremediablemente.

Image Think: Pabellón montenegrino

Ser conscientes, de nuestro potencial, de nuestra presencia o ausencia a través de la percepción, de la luz que disipa el espacio de la imaginación o confunde nuestros ojos y nos sitúa ante la realidad para dotarla de sentido, generando una responsabilidad sobre nuestro entorno. Es la ideación de Irena Lagator Pejović para el pabellón de su país en la edición de la Bienal de este año. Como la eslovena, la artista montenegrina juega con el concepto de la esfera psíquica que proporciona todo un universo al margen de las constricciones de los regímenes totalitarios, obsesionados por rediseñar imágenes visuales, un arte que considerar propio, y un lenguaje que reestructure el pensamiento de la colectividad. Para ello la artista deja lugar a la actuación del individuo en sus instalaciones, recordándole la importancia de su implicación en la perpetuación del sistema o en estrategias que fomenten el cambio.

Resistance: Pabellón turco

Parecería provindencial el título de la obra de Ali Kazma por la sintonía con las manifestaciones pacíficas que inundan las calles de las ciudades turcas y que han llegado a Venecia de la mano de #OccupyGezi. Si en la obra del creador son los recintos, las instituciones totales las que intentan domesticar a los individuos, la realidad nos enseña que los límites a la libertad no requieren de encierros, aunque como bien asegura el artista el cuerpo es la única instancia cuya experiencia no podemos compartir, la única que no nos pueden quitar. Trece videos exploran la relación con nuestro propio cuerpo, emblema de nuestra identidad, objeto y/o sujeto de deseo, elemento de trabajo para otros, enigma por descubrir, lugar último de nuestro temor más acendrado.

Autora: Alicia González

Os dejamos con el video de la protesta de los creadores turcos en la Bienal

Enlaces de interés:

La Biennale

Protests At Istanbul Biennial

Resistance to Turkey’s Protest Violence Reaches the Venice Biennale

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