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  Actualidad   Bulgaria 29/06/2013

Bulgaria, la calle contra la oligarquía

Autor: Francesco Martino

Desde hace días la ciudadanía búlgara ha tomado las calles en señal de protesta. Lo que ha desencadenado el malestar es la designación, luego retirada, del controvertido diputado y magnate mediático Delyan Peevski a cargo de la Agencia de Seguridad Nacional (DANS). Las raíces del descontento, no obstante, hay que buscarlas en la desconfianza del actual modelo de poder.

Tras seis días consecutivos y algunos momentos de tensión que han marcado las jornadas previas, la protesta de miles de ciudadanos búlgaros en las calles del centro de Sofía se ha contagiado del clima veraniego, con un ambiente casi festivo.

El "eje de la protesta", la avenida que va por el centro de la capital búlgara y por ella manifestantes desde la Presidencia al Parlamento y el puente de las Águilas, no sólo portando banderas, megáfonos y pancartas, sino también bicicletas, familias enteras de niños en cochecitos, chicos cantando y bebiendo cerveza en corro, niñas en chanclas y ropa ligera, más preparados para ir a la playa, que a una protesta callejera.

También las pancartas muestran mensajes irónicos: “No me pagan por protestar, os odio gratis”, dice la pancarta más jaleada. La burla de la clase política gana posiciones frente a la ira. Quizá, porque esa misma mañana, la protesta ha conseguido su primer éxito concreto.

Se retira la designación de Peevski

Con 128 votos a favor y ninguno en contra, una estrecha mayoría surgió de las elecciones anticipadas del 12 de mayo, el Partido Socialista (BSP) y el Movimiento por Derechos y Libertades (DPS, lo que representa el electorado turcófono) han retirado el nombramiento del diputado y magnate de los medios Delyan Peevski para encabezar la Agencia de Seguridad Nacional (DANS), lo que acababa desatando la furia de la calle.

Desde el parlamento los principales actores de la historia han expresado sus contritas disculpas. "Quiero pedir disculpas a mi grupo parlamentario, los miembros del partido y nuestros electores", dijo el secretario de los socialistas Sergey Stanishev. Luego agregó, "esto es una lección para mí en lo personal y en lo político".

El hombre equivocado en el lugar y en el momento equivocados

Para el actual gobierno, en el cargo desde haces sólo un par de semanas gracias a una frágil mayoría parlamentaria, y el primer ministro "técnico" Plamen Oresharski el nombramiento de Peevski ha sido algo más que un simple error.

A los ojos de buena parte de la opinión pública búlgara, Peevski representa todo lo que la (buena) política no debe ser, con una fulminante carrera siempre a caballo entre la política, los intereses económicos y el control de los medios de comunicación.

Treinta y dos años, diputado con el DPS desde 2009, Peevski es el hijo de Irena Krasteva, propietaria de la mayor concentración de medios de comunicación en Bulgaria, el "New Media Group Bulgaria", que forma parte de la constelación económica en torno a Tzvetan Vasilev, dueño de "Korporativna Targovska Banka "y activo en todos los sectores económicos.

A los 21 Peevski ya es miembro de la junta del puerto de Varna, de donde se despidió por faltarle la formación académica requerida. Desde el año 2005, durante algunos meses trabaja como investigador, antes de ser nombrado Vice-Ministro de Situaciones de Emergencia del entonces primer ministro Stanishev. Pierde el puesto enseguida por acusaciones de soborno en el escándalo de la "Bulgartabac", pero más tarde es absuelto por falta de pruebas. Posteriormente, el tribunal lo reintegrarse en su puesto.

Pero no es sólo el retrato del personaje lo que ha indignado a miles de personas. Su candidatura Peevski sigue a la aprobación de una ley de emergencia que reformó la Agencia de Seguridad, DANS, que ha pasado de tener una estructura de análisis a tener poderes policiales y de investigación. Los nuevos requisitos fueron previstos a propósito, para amoldarse a la corpulenta figura del joven y poderoso diputado.

El debate parlamentario sobre el nombramiento se convirtió en una farsa: a sólo quince minutos de la designación, definida con una cierta dosis de ironía inconsciente "opción imprevista" por el líder socialista Stanishev, en la votación final, sin debate sobre las razones que motivaron la decisión. Suficiente para colmar la paciencia y llenar las calles en Sofía y muchas otras ciudades búlgaras.

En la calle: correctivos y laboratorio de alternativas

"Los que salieron a las calles en estos días tienen una actitud diferente de las manifestaciones de febrero, que provocaron la caída del gobierno de Borisov, con expectativas bajas y quizá más realistas", argumenta en nombre de OBC Dimitar Bechev, analista y director de la oficina en Sofia del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. "Más allá de la indignación por el nombramiento de Peevski, el objetivo no era tanto "revolucionar" el sistema político, sino aplicar un correctivo a una clase política vista como corrupta y portadora de intereses oligárquicos y ocultos. La experiencia reciente ha demostrado a muchos que la dimisión del parlamento y nuevas elecciones no son una solución ".

Una lectura que suscita un montón de comentarios entre los que siguen marchando por el centro de Sofía, incluso después del anuncio del gobierno sobre Peevski. "Al igual que muchos que no están representados en este Parlamento. Queremos nuevas elecciones, pero antes nuestros miembros tienen que hacer posible el cambio, primero modificando el sistema electoral actual", es la opinión de Lyubomir Moskov, empresario de Sofia, armado con un silbato alrededor de su cuello. En las filas de los manifestantes, parece importante la representación de formaciones que se ha quedado fuera del actual parlamento y tradicionalmente fuertes en Sofía, especialmente la derecha liberal y, en menor medida, los movimientos ecologistas.

"Estamos aquí porque no estamos contentos con nuestro gobierno. Además, no sabemos exactamente quién manda en este país ", afirma Stefka Boneva, científica de la Academia de Ciencias de Bulgaria. "Quién nos gobierna, sea quien sea, debe saber que no toleraremos la arrogancia. Sean medidas de emergencia, nueva ley electoral o que Oresharski se marche".

Existen algunos elementos de continuidad entre los sucesos de febrero y los actuales. En primer lugar, el papel central jugado por las redes sociales en la organización, durante mucho tiempo espontánea de las protestas. Pero también el deseo de crear espacios de discusión y experimentación de una nueva política, directa y sin mediciones. Y por eso cruzando el puente de las Águilas, uno de los cruces más concurridos de la capital búlgara, se convierte de improviso en sede por una noche de un pequeño parlamento improvisado donde todos, jóvenes y viejos, pueden tomar la palabra.

"No estoy de acuerdo con los que gritan "inmundicia roja" al partido socialista", dice un chico de unos veinte años, con la voz un poco temblorosa. "De hecho, todos nuestros políticos son basura". Una ronda de aplausos le aclama en la cálida noche de Sofía.

Gobierno Oresharski, perspectivas grises

El nuevo primer ministro Plamen Oresharski, apareciendo a los ciudadanos como un "técnico", capaz de hacer frente a los problemas más urgentes que sacuden la sociedad y la economía búlgara, sale de las protestas en una posición un tanto incómoda.

Partiendo de grandes esperanzas, pero sobre una base política frágil, compuesto por una reducida mayoría y un parlamento con una representatividad muy limitada, Oresharski tropieza estrepitosamente con el "caso Peevski". Después de admitir que había "subestimado la reacción de la opinión pública a la designación en la DANS", Oresharski ha hecho una disculpa pública, hablando explícitamente de "grave error".

El más grave para el primer ministro recién nombrado es haber dado la impresión de estar a merced de los intereses oligárquicos y de los derechos económicos a los que tiene poco o ningún poder para controlar.

El presidente del Gobierno, sin embargo, pidió un "apoyo temporal", sin especificar su duración, con el fin de poner en práctica una serie de medidas urgentes para estabilizar la economía. "Les aseguro que recibo muy positivamente las invitaciones para dimitir, aunque esto sólo conduciría a un caos mayor", dijo Oresharski en el parlamento. "Otras elecciones con el actual sistema electoral servirían de poco. Pondríamos en riesgo la absorción de 15.000 millones de euros, en el marco del próximo programa marco de la UE".

Las perspectivas para Oresharski y su equipo de gobierno siguen apareciendo grises: según una encuesta de la empresa Alpha Research, la luna de miel con el electorado ha terminado. De hecho, nunca se inició. Sólo el 23% de los encuestados expresó su confianza en el ejecutivo, el 85% apoya las protestas en curso, un mísero 18% cree que Oresharski terminará su mandato.

El Partido Socialista en riesgo de colapso

"A pesar de la presión de la calle, el destino de este gobierno está ligado a la dinámica interna del Partido Socialista, que ha vivido con gran dificultad el nombramiento de Peevski y las protestas que le siguieron," dice Bechev. "El BSP está viviendo una lucha interna, y las facciones minoritarias hoy pueden debilitar a Stanishev. El mapa de los equilibrios que saldrán del enfrentamiento serán cruciales no sólo para el futuro del partido, sino también del gobierno".

En términos electorales, el BSP no tiene ningún interés en unas elecciones inmediatas. Dado el vergonzoso récord del gobierno en las primeras semanas, no hay que excluir una hipotética (pero no demasiado) consulta en breve.

El malestar en el partido, sin embargo, es muy fuerte. Una de las voces más críticas es la del diputado de Sofía Georgi Kadiev, uno de los pocos que han salido del hemiciclo para no votar a Delyan Peevski, y que en los últimos días ha reunido a un grupo de descontentos frente a la sede del partido, en "Positano". "No entiendo cuál es la lógica que llevó a la designación de Peevski, ni desde un punto de vista profesional, ni político ni moral", dijo Kadiev de OBC en la reunión de protesta, que reunió a una docena de personas. "Es un acuerdo entre bambalinas con el que no estoy de acuerdo, como gran parte del pueblo búlgaro".

"Para que haya un gobierno estable es necesario que la gestión del Partido Socialista cumpla sus compromisos con el electorado", concluye Kadiev. "Sergey Stanishev no lo ha hecho, y creo que tendría que presentar su renuncia".

"He comprendido lo que se esconde detrás de esta decisión, de este pacto infame", dice Preslav Nedev, uno de los partidarios de la BSP. "Hay momentos en los que tienes que tomar decisiones impopulares, si sirven a un propósito más elevado. Esta vez, sin embargo, estoy confundido. Espero que el partido tenga la valentía de abrirse, de explicarse. No creo, sin embargo, que esto vaya a suceder".

Fuente: Osservatorio Balcani e Caucaso. (© Todos los derechos reservados, traducido del original italiano)

Os dejamos con un video de las manifestaciones en Sofía reclamando "más transparencia, menos corrupción y el fin de las oligarquías locales"

Enlaces de interés:

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