CASA BALCANES
  Actualidad   Estambul 13/07/2013

“Antes era mi hermana mayor, ahora es mi bebé”

Autora: Renata Vázquez

Una de la muchas “historias” de Gezi es la de Lobna Allamí, que fue alcanzada por una cápsula de gas pimienta en la cabeza. Nos la cuenta su hermana Fatín.

Es imposible olvidar esa fotografía.

La fecha, 31 de mayo.

Aquellos primeros días de las protestas en Gezi que llamaron tanto la atención de todo el mundo…

El resultado de un suceso en el que hasta el primer ministro ha admitido que se utilizó una violencia desmedida.

Se destrozaron las tiendas de campañas, se atacó con gas y al final lo que quedó fue una chica de camiseta roja y pantalón corto azul tendida en el suelo.

Lobna Allamí.

Se lleva un capsulazo a la cabeza, cae al suelo y de su cabeza brota sangre.

¿Qué paso después de esa instantánea que se nos ha quedado grabada en la memoria?

25 días en en coma.

Dos cirugías cerebrales.

Días y noches que se pasan con el miedo de no saber si se despertará alguna vez, si vivirá.

Afortunadamente, Lobna vive.

Pero está paralizada de un lado, no puede utilizar uno de sus brazos ni hablar, y tiene daño cerebral.

Lloré escuchando la historia de estas dos hermanas…

No encuentro palabras para consolar a esta familia, ninguna que no venga a decir “Espero que se mejore”.

Sólo quería llorar a raudales.

¿Cómo te llamas?

- Fatin Allamí.

¿Edad?

- 32.

¿Por qué estás en el hospital İlk Yardım de Taksim?

- El día 31 de mayo hubo una rueda de prensa en Gezi de DİSK (N. de T. siglas de Devrimci İşçi Sendikaları Konfederasyonu, Confederación de Sindicatos Laborales Revolucionarios). Era una sentada pacífica. No era una protesta. La gente simplemente estaba sentada. De repente, empezó el ataque con gas. Todo el mundo se dispersó. Cuando todo se tranquilizó encontraron a una chica en el suelo, una chica que llevaba una camiseta roja y un short. De su cabeza brotaba sangre. Esa chica era mi hermana Lobna. Estuvo en coma 25 días, hubo que operarla dos veces. Por eso estoy hoy aquí…

¿Sois de ascendencia palestina?

- No, somos turcas. Mi padre es jordano, mi madre turca. En realidad, la historia es así: Cuando tenía 14 años, mi abuela materna, Fatma Gülfidanağa de Eminönü, emigró con su padre a Palestina, que en aquel entonces era territorio otomano. Su padre, mi bisabuelo, enferma y fallece. Ella se queda allí, y se casa con mi abuelo materno que era circasiano y tienen hijos. En 1948 emigran a Jordania con los refugiados. Años más tarde, mi abuela materna vuelve a su patria y muere aquí, su tumba está en este país. ¡Somos completamente turcas!

¿Y tu madre?

- Mi madre se casa con mi padre en Jordania. Después de divorciarse regresa a Turquía con mi hermana y conmigo.

¿Cuándo vinistéis?

- Yo tenía en aquel entonces 12 años y Lobna 14.

¿Os habéis sentido extranjeras aquí?

- Para nada. Nosotras no somos “extranjeras”. Sabemos árabe, pero soñamos en turco. Entre nosotras hablamos en turco. Nuestros novios son turcos. Nos gusta el Zeytinyağlı (N. de T.: Aquí me imagino que se refiere a un plato de alubias verdes del mismo nombre). Por las mañanas tomamos queso Ezine (N. de T.: Un tipo de queso blanco turco). Mojamos el pan en aceite con orégano. A Lobna la han llamado “turista”, la han llamado “extranjera”. No sé por qué lo han hecho, pero parece ser una justificación muy buena para el capsulazo que se ha llevado.

¿Cómo ha sido vuestra vida?

- Mi madre es licenciada en Filología Árabe e Historia Islámica. Encontró trabajo en la embajada de Libia y nos vinimos a Ankara.

¿Tú qué estudiaste?

- Soy licenciada de la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Ankara. Estudié políticas y administración pública.

¿Y Lobna?

- Es licenciada en Filosofía por la Universidad de METU (N. de T.: siglas de la Middle East Technical University de Ankara, una de las mejores de Turquía) y estudió también allí un máster de recursos humanos.

¿Cómo os llevabáis?

- Éramos dos hermanas que nos parecíamos mucho y discutíamos otro tanto. Las tres, mi madre, Lobna y yo, tenemos caracteres muy fuertes. Aunque parezca que cuando estamos juntas aquello es una olla a presión, estamos unidas por un gran cariño.

¿Cómo es Lobna?

- Muy idealista y sensible. Le gusta viajar, monta a caballo, nada, bucea, se lanza en paracaídas pesar de darle miedo volar, recoge basura de los bosques, limpia la playa, lleva al veterinario a los gatos callejeros, ayuda a que se mejoren, y les da de comer y beber. Pero allí donde haya una injusticia, alza la voz. Si se comete una injusticia con los palestinos en Gaza, allí está Lobna haciendo huelga de hambre. Si en Túnez un hombre se prende fuego, Lobna canta una elegía. Hizo su máster en Recursos Humanos y trabajó en el sector durante algunos años. Pero no encajaba con lo que ella era y sentía, era una persona a la que le encantan la danza y la música. Cuando estudiaba en METU era miembro del Sociedad de Danza Moderna de una universidad. Es muy sociable. Habla cuatro idiomas. Ha trabajado en ONG, y también se fue a Berlín…

¿Qué hacía allí?

- Trabajaba en una empresa que organiza festivales. Llevaban a artistas turcos al extranjero. Estuvo allí tres meses. Cuando se terminó su visado volvió a Estambul para renovarlo. El 31 de mayo por la noche iba a irse a Ankara. Llamó a mi madre, y le dijo: “Dejaré la ropa de invierno y cogeré la de verano”. Pero desafortunadamente no pudo ir a Ankara…

¿Cuánto se implicó en política?

- No era miembro de ningún partido ni asociación. Sólo estaba suscrita al National Geographic…

Fue sometida a cirugía cerebral dos veces y estuvo 24 días en coma.

¿Cómo os enterastéis de lo que había pasado?

- Llamó la antigua compañera de piso de Lobna. “Fatin, han herido a Lobna en Gezi, ahora van a operarla”. Al principio no pude comprender la gravedad de la situación. Pensé que le habría pasado algo en un brazo o una pierna. Salí del trabajo y me puse a buscar un billete para ir a Estambul. Cuando llego a casa veo que están allí todos mis amigos. Me quitan el teléfono. Como había empezado a publicarse en internet la sobrecogedora foto de Lobna tendida en el suelo, intentaron impedir que entrase a Facebook. Su comportamiento me hizo empezar a sospechar, y llamé a mi primo que vive en Estambul. “A ver si puedes averiguar cómo se encuentra”, le dije. Al devolverme la llamada lloraba desconsoladamente: “Una cápsula de gas pimienta ha golpeado la cabeza de Lobna y ha llegado al hospital con un trauma craneoencefálico severo. La han operado a “cerebro abierto”. Las posibilidades de que sobreviva son del 20%”.

¿Y qué hiciste entonces?

- Entré en estado de shock. Me quedé de un aire. De repente no sentía las piernas y empecé a temblar como una hoja. Los amigos que estaban en casa me obligaron a tumbarme. Pero después me recuperé, me monté en el avión y llegué a Estambul. Lobna estaba en cuidados intensivos…

¿Qué dijeron los médicos?

- Como consecuencia de la cápsula que había impactado en su cabeza, se le había roto el cráneo, algunos huesos se habían clavado en el cerebro, y éste se había hinchado. Cuando la metieron en quirófano para aliviar la zona le extrajeron un hueso grande. Tuvo una hemorragia, y drenaron la sangre. La habían conectado a una máquina para mantener sus funciones vitales. La tenían sedada. Nos dijeron que “El riesgo es muy alto. En cualquier momento puede pasar cualquier cosa” y así empezó nuestra tortuosa espera. No tuve más remedio que llamar a mi madre y contarle lo ocurrido.

Cuando la viste por primera vez…

- Su cabeza estaba envuelta en vendas. No habían pasado ni 24 horas cuando en el otro lado hubo otra hemorragia. Esta fue la intervención seria de verdad. Si hubieran llegado media hora más tarde, ya no hubiera tenido remedio. Se abrió la puerta de cuidados internviso y salió Lobna, una mujer menuda que pesaba 47 kilos. Estaba muy hinchada, el volumen de su cuerpo y su cabeza eran dos veces el normal.

¿Por qué se dio esta situación?

- Un edema, una reacción de su cuerpo. Sus ojos, de hecho, estaban muy grandes ya que se le había hinchado el cerebro, se encontraban completamente fuera de sus órbitas. Como estaba conectada a una máquina la desconectaron, y la conectaron a ese aparato que parece una bomba de aire y hace un ruido infernal. Aquella chica que estaba viendo no era mi hermana, era otra persona, de verdad que tenía un aspecto que daba miedo. “Tenemos que operarla. El riesgo de muerte es muy alto. Si no la operamos morirá, pero también puede fallecer durante el transcurso de la operación”. Me pusieron un papel en la mano y me hicieron firmar que aceptaba la responsabilidad. Gracias a Dios que mandé a mi madre a casa, si hubiera visto a Lobna así le habría dado un infarto.

¿Qué se te pasaba entonces por la cabeza?

- “Ha muerto” me dije, “Nos están tomando el pelo, nos mienten. ¡Ha muerto!” No podía pensar otra cosa. Era tal el dolor, en la vida no había sentido nada igual. Ahí yacía Lobna… mi único pilar en la vida, mi compañera de juegos, mi hermana mayor… Me di cuenta de que la quería tantísimo… Es en ese momento cuando te das cuenta, cuando llegas a ese punto en el que el dolor espiritual se convierte en dolor físico. Me ardían los huesos, me dolía el corazón…

¿Y después?

- Nos informaron de que habían drenado la sangre de la cabeza. El órgano más desconocido y sensible del cuerpo es cerebro y una mitad del suyo se la había roto la policía, y la otra la andaban toqueteando los médicos para salvarle la vida. Unas horas más tarde volvió el doctor. “¿Qué ha pasado?” – pregunté. “¡La llevamos a una tomografía!”. “¿Por qué?”. Una de sus pupilas estaba más grande que la otra. Eehh, ¿qué quiere decir todo esto? ¡Está pasando algo más en su cerebro! ¿La van a operar otra vez? No. Puede ser un edema, o puede que una venita de su cerebro se haya bloqueado. Empecé a sentir como si me estuvieran clavando un puñal por todo el cuerpo. No puedo hablar. No puedo respirar. Me quedo rígida. Como si me hubiera quedado paralizada. Unas horas más tarde vlvió el doctor. “Se le ha curado el ojo, esperamos”. Y tanto que esperamos, 24 días con todas sus noches.

¿La gente cae en el autoengaño con pensamientos como “Cuando mi hermana se despierte todo será como antes”?

- Por supuesto. Como si fuera a decir “Hello” nada más despertarse. Como si todos fuéramos a volver a casa riendo y jugando. Pero los méditos siempre nos hablaron de los riesgos que conllevaba todo esto. Por cierto que todo el personal del hospital, tanto los cirujanos que la operaron, como las enfermeras de cuidados intensivos y de planta se interesaron muchísimo por nuestro caso. Quiero darles las gracias de todo corazón. Cogí el historial médico de Lobna y lo llevé a todas partes, todo el mundo me dijo lo mismo, que gracias a que se actuó a tiempo y de manera acertada hoy mi hermana está viva. Se puede perder a un 80% de estos pacientes en el camino, a veces no se llega ni al hospital a tiempo. Y un 10% fallece durante la cirugía o al día siguiente.

¿Qué os dijeron respecto al momento en que se despertarse?

- Puede quedarse paralizada, y esta parálisis puede ser transitoria. A pesar de la rehabilitación puede continuar la pérdida de sensibilidad. Puede que haya perdido el habla. Puede que pase el resto de su vida postrada en cama recibiendo cuidados en casa. Se nos habló de todas las posibilidades.

¿Cuál es su estado actual?

- Tiene daño cerebral, eso es seguro. Pero de ello cuánto es transitorio y cuánto es permanente es algo que aún no se sabe con seguridad. No se sabrá hasta pasado un año…

Tiene dañada la zona del habla, ya no puede hablar

¿Qué pasó cuando se despertó por primera vez?

- No me reconoció. La unica persona a la que reconocía era a mi madre. La parte derecha de su cuerpo estaba paralizada y no podía hablar. Durante 25 días no pudo ingerir alimentos, así que había perdido 10 kilos. Ella de hecho pesaba tan sólo 47. Toda su espalda estaba irritada. Como le habían retirado los huesos del cráneo tenía la cabeza como hundida. Y todavía sigue así. No tiene pelo. Tiene puntos de sutura por toda la cabeza. Pero por lo menos vive, y nosotros estamos muy contentos.

El lado derecho de su cuerpo está paralizado

¿Cómo os comunicáis?

- Al principio no tenía voz, ahora habla en susurros. Sin embargo, la zona del habla ha quedado dañada y no puede hablar. Nosotros somos optimistas, y los médicos también. Lobna se encuentra en alguna parte del interior de ese cuerpo. Pero debido al daño cerebral, vuelve en sí poco a poco.

¿No lleva mal lo de no poder hablar?

- ¿Cómo no lo va a llevar mal? Los primeros cinco días estaba muy irritable. Ahora llora sin parar. Ha llegado a pasar 72 horas sin dormir. Trata de expresarse haciendo signos con las manos. “¿Por qué no puedo caminar?”, “¿Por qué mi cabeza está así?”, “¿Por qué no puedo mover el brazo?”, “¿Qué es lo que me ha pasado?”

¿Se lo habéis contado?

- Por supuesto, como unas 50 veces. Pero se le olvida. No obstante, cada día va a mejor. Así quiero creerlo. Hace un par de días le dije “Te voy a cepillar los dientes”, así conseguimos llevarla al baño, y se vio en el espejo…

¿Qué hizo?

- Se asustó mucho. Lloró otro tanto. Le expliqué que “No te hemos mentido nunca. Ya sabes que se te hinchó mucho la cabeza y hubo que retirar hueso, por eso se te ha quedado la cabeza como hundida. Has perdido de forma transitoria la movilidad del lado derecho de tu cuerpo, y ha habido daño en la zona del habla y en tus cuerdas vocales, pero puede que éstas también se curen”. Ahora, mientras le cepillo los dientes, se mira al espejo y suspira. Cada día va a mejor. Pero nunca va a ser la Lobna de antes…

¿Cómo os habéis organizado?

- Yo no trabajaré durante un plazo de tiempo más bien largo. Estaré con mi hermana, estoy segura de que va a sacar el máximo provecho de la rehabilitación.

Para ti tiene que estar siendo muy duro…

- Ella era mi hermana mayor, ahora es mi bebé. La cuido con gusto. Ella también se esfuerza en hacer todo lo que puede por recuperarse. Aún está muy susceptible. Se avergüenza y todo eso. Pide perdón. Cuando la llevamos al baño y tal se piensa que nos está causando una molestia.

¿Nunca os decís “Ojalá no hubiera ido ese día a Taksim”?

- No. Nunca. Apoyamos el que estuviera allí. Lobna no estaba haciendo nada ilegal. Estaba haciendo uso de su derecho constitucional de expresarse libremente.

¿Hay algo que podamos hacer por Lobna?

- Mandadle energía positiva. Vuestro cariño, vuestras oraciones. Estoy segura de que un día las leerá todas y os dará las gracias.

Me puse máscara de gas en el hospital

Mientras la esperaba en los pasillos de cuidados intensivos, hubo momentos en los que tuve que ponerme la máscara de gas, porque lanzaron cápsulas de gas pimienta al jardín del hospital. Menos mal que el gas no llegaba a cuidados intensivos, pues tienen un sistema especial de ventilación. Pero yo quedé fatal. Y me asusté mucho cuando dijeron que la policía había entrado al jardín del hospital. Me pegué a la puerta de cuidados intensivos, me pareció como si pudieran llegar y llevarse a mi hermana…

Al hablar de Ethem rompí en llanto.

Lloré muchísimo los 24 días que mi hermana estuvo en coma. Al final parecía que se me habían secado las lágrimas. Ahora cuando estoy a su lado estoy fuerte, no lloro. Sólo una vez, cuando para explicarle la gravedad de la situación le dije que había “alrededor de 7000 heridos y 5 muertos”. Cuando empecé a hablar de Ethem Sarısülük (N. de T.: Ethem Sarısülük es un un estudiante que fue asesinado de un tiro por un policía durante las protestas de Ankara. Su asesinato está grabado en vídeo y ha conmovido al país) rompí en llanto. Pensé en esas famlias. Nosotros lo estamos pasando muy mal, pero por lo menos mi hermana vive. No sé cómo los que han perdido a sus hijos pueden seguir con sus vidas, no me lo puedo imaginar. Que Dios les de fuerza y paciencia.

Aquellos que dicen que la policía ha hecho historia, que vengan y vean a Lobna.

Mientras vosotros estabáis aquí viendo como tu hermana se debatía entre la vida y la muerte, el primer ministro declaró que “la policía había hecho historia”, y Melih Gökçek (N. de T.: El alcalde de Ankara, y uno de los políticos más populares de Turquía) hizo colgar unas pancartas agradeciéndole a la policía su actuación. ¿Qué sentiste cuándo lo viste?

- Me pareció muy mal y muy cruel. Si, la policía ha hecho historia, que vengan y vean qué historia han hecho, que vengan y vean a mi hermana. Si hay algún polícia que después de ver lo que se ha hecho a Lobna y a muchos otros jóvenes está feliz con ello, lo dejo a solas, cara a cara, con su conciencia.

Hasta decirnos un ‘que se mejore’ les ha parecido demasiado.

Nadie nos ha llamado ni a mí ni a mi madre. Han hecho como si no existiéramos. Ni pedir perdón, ni desearnos que mi hermana se mejore. Quizá es por esto que han jugado tanto con la nacionalidad e identidad de Lobna. ¿Pensaron que quizás la conciencia del pueblo turco se quedaría un poco más tranquila si Lobna fuera extranjera? ¿Y si de verdad lo fuera qué pasa? Ella era una joven más en la calle. Llevaba una camiseta, unos shorts y unas alpargatas. No fue a enfrentarse a la policía, ni era una terrorista, ni una anarquista. Era una persona que sentada en Cihangir decía “¡No toques ni mi parque ni mi estilo de vida!”. Allí estaba sentada. Y ellos van y salen y le disparan. Haces sentir un dolor impensable. Le dejas un doloroso recuerdo que no podrá olvidar el resto de su vida y ni siquiera eres capaz de levantar el teléfono y preguntar: “¿Cómo estás? Espero que te mejores”. ¡Es acaso esto “humanidad”? Quizá les dio miedo nuestra reacción, o quizá aún estoy siendo bienpensante, y en realidad lo que pensaban es “¡Se lo merece!”.

No creo que acabe con sus ganas de vivir

¿Vosotros decís “Es el destino, qué le vamos a hacer” o “Unos violentos han destrozado la vida de mi hermana”?

No creo en el destino. No soy de las que dice “Al mal tiempo buena cara”. Tenemos que se fuertes y atarnos a la vida, para de esta forma dar fuerza a Lobna. Ella es también una mujer fuerte. Vencerá a todo. Lo único que me puede entristecer, e incluso destrozar, sería que Lobna perdiera las ganas de vivir.

¿Es posible no perder las ganas de vivir con toda está perdida que ha sufrido?

- Por supuesto. Estás, pero no puedes hablar, ni mover el brazo. Pero ella tiene tanto que le sobra, que compensa las cosas que le faltan. No creo que alguien que ha puesto su vida en peligro por los demás, una persona que ha gritado “¡Que no se destruya mi parque, que no se toque mi estilo de vida!”, y que ha sido capaz de pasar por todo esto pierda las ganas de vivir.

Traducción de la entrevista que hizo Ayşe Arman a Fatin Allamí, hermana de la herida en las protestas Lobna Allamí, que se publicó en la edición on-line de la gazeta del domingo del periódico Hürriyet a día 7 de julio de 2013 y cuyo original en turco se puede consultar aquí.
Fuente: Artículo cedido por Renata Vázquez Fuente (© Todos los derechos reservados)

Os dejamos con el video de la noticia de la intervención policial que dejó gravemente herida a Lobna Allamí

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