CASA BALCANES
  Actualidad   Serbia 11/08/2013

¿Quién es la segunda Serbia?

Autor: Eric Gordy

¿Hubo alguna vez realmente una "Druga Srbija"? El término difundido en la década de 1990 como un cajón de sastre que incluía a los pacifistas e intelectuales antinacionalistas que hicieron todo lo posible para sostener que el régimen asesino de los 90 (o en términos del TPIY, a la vez asesino y no-asesino, y por tanto no específicamente orientado a la criminalidad) no representaba los valores, las tradiciones y los deseos de la gente en Serbia, en particular (de aquí proviene gran parte de la crítica a la "Druga Srbija") a los intelectuales urbanos, representantes de la alta cultura.

El término "Druga Srbija" (que se puede traducir como "la segunda Serbia" o como "la otra Serbia" -la gente que acuñó el nombre preferió la traducción "otra", pero "segunda" parece ser un uso más generalizado)- entra en circulación como el título de un libro editado en 1992 por Ivan Čolović y el fallecido Aljoša Mimica, una colección de los textos presentados en las reuniones del Círculo de Belgrado de Intelectuales Independientes. El tono del diálogo está probablemente muy bien sugerido en los títulos de los dos ensayos que abren la colección: Radomir Konstantinović y su "Vivir con la bestia" y Latinka Perović con "La respuesta patriarcal al reto de la modernización". Añádase la contribución de Filip David en "Para ser un traidor", para hacerse una idea del argumento principal: había un grupo de personas dispuestas a protestar contra el liderazgo moral que extraía su fuerza del terror y un rechazo de principio a la atmósfera en la que se vieron obligados a vivir.

¿Pero se trataba de un grupo unificado y coherente? Ya en la cuarta reunión, Nataša Kandić ofreció una contribución titulada "No hay otra Serbia" (Nema Druge Srbije). No hay ninguna razón de peso para imponer una identidad colectiva ficticia en un grupo de personas que se reunieron en 1992 para rechazar la identidad colectiva del imaginario nacionalista. Es más útil pensar en una Serbia "ciudadana" u "otra" o en algún tipo de Serbia alternativa, pero es probablemente más útil considerar que una sociedad que se divide podría hacerlo en más de dos partes.

Esto podría explicar por qué la "Druga Srbija" sobrevive más por ser atacada que por sus acciones. Una primera intentona vino de la mano en 2003 del sociólogo Slobodan Antonić, cuyo resentimiento barroco curiosamente lo transformaría en un pararrayos de un enajenado derecho nacional. Él lanzó una soflama sobre lo que él llamó la "intelectualidad misionera", acusándola de todo, desde la ineficacia y el esnobismo hasta el auto-odio y la traición. Desde entonces, en los diez años transcurridos, no se ha distanciado de esos ataques, pero los ha desarrollado en dos líneas: 1) ha ofrecido una teoría de que la vida política y social en el país está sujeta a la competencia entre dos élites rivales, una (¡la suya!) que es patriótica y esencialmente representativa y otra (¡la del resto!), estéril y orientada hacia el extranjero, y 2) que se ha convertido el "Druga Srbija" en un epíteto, calificando a sus oponentes de "drugosrbijanski."

Mientras tanto, también ha surgido, aquí y allá, un esfuerzo para trascender las divisiones entre una "Prva" y una "Druga" Srbija en una forma abstracta más amplia, la "Treća Srbija" (véase el análisis de Ivana Spasić y Tamara Petrović).

En la medida en que sobrevive, ¿qué es la "Druga Srbija" realmente? Es algo que no es del todo irrelevante: un grupo pequeño y no muy cohesionado de intelectuales que sostienen los medios de comunicación independientes y producen trabajos críticos de arte y análisis. Algunos de ellos son activistas políticos y otros no. Sin embargo, los miembros de este grupo no son realmente integrantes de un grupo, no todos hacen lo mismo, y harían las mismas cosas se los denomine como se los denomine, sea la "Druga Srbija" o no.

¿Que no está cohesionado? Eso no es ninguna sorpresa. Han pasado trece años desde lo que pareció un cambio de régimen, y diez años desde el asesinato de la figura que personificaba la posibilidad de lo que podría haber sido un cambio. Se ha producido la erosión, ha habido deserciones, no todos han sobrevivido. Pero el término, tanto en sus usos afirmativos como despectivos, ha sobrevivido. Esto es en parte debido a la larga negativa de hacer frente a los legados del pasado lo que ha supuesto una orientación declarada hacia el régimen de Milošević y sus satélites que todavía funciona como una línea divisoria muy fiable en la sociedad serbia. Y en parte ofrece un método rápido y adecuado, ya que hay un fuerte desacuerdo fundamental, que rompe unas líneas sociales bastante predecibles, en casi todas las cuestiones de mayor (y menor) relevancia pública.

Algunas de las deserciones han sido muy sentidas, aunque en particular, la transformación de B92, una vez fuente alternativa emblemática de los medios electrónicos, en un conglomerado de propiedad extranjera descomunal que produce material informativo del todo indistinguible (y frecuentemente copiado) de las fuentes de información a las que una vez se le dio plena credibilidad. El talkshow político de culto de Peščanik cerró la emisión y se pasó a internet después de que B92 ofreciera un programa de debate de una hora a los apólogos del genocidio Kosta Čavoški y Ljiljana Bulatović en 2010, y desde entonces los medios de comunicación independientes han participado en estallidos ocasionales de recriminaciones sobre quién encabeza la lamentable dirección de B92.

Si todo esto suena como un partido de béisbol o como el Frente Popular de Judea, es porque lo es. Mucho de esto tiene que ver con quien todavía puede reclamar la autoridad de representar un momento intelectual heroico en 1992. La gente en Serbia a menudo puede disculparse por sentirse como si aún estuviéramos en 1992, aunque el calendario diga que ya no estamos 1992.

Entonces, ¿qué ha sucedido en el ínterin? No empecemos a contar desde 1992, sino a partir de 2000. El período transcurrido desde entonces ha sido testigo de la desaparición de (parte de) el régimen de 1990, unos transferencias ordenadas de poder, y al menos una restauración del régimen de 1990, dependiendo de cómo se haga el relato. Una gran parte del veneno en el ambiente deriva de dos hechos básicos.

El primero es que los buenos lamentablemente no son tan buenos. Sobre todo, después de Zoran Djindjić fuera asesinado y Boris Tadić, consolidara su posición en el Partido Democrático (DS), ese partido que intentó con frecuencia deshacerse de los restos de algo que era progresivo para posicionarse como un solo partido unificador de poder permanente. Nadie puede olvidar que se trata del DS que devolvió el partido de Milošević al gobierno en 2008, y que el atroz Vuk Jeremić fue (nominalmente) un cuadro del DS. No es probable que el Partido Demócrata se recupere de su sorprendente derrota en 2012, principalmente porque no es un partido democrático. El partido que se formó para representar la opción que Tadić excluyó del DS, el LDP de Čedomir Jovanović, ha resultado ser una decepción aún mayor, no permitir su fracaso constante con objeto de que consiga el apoyo suficiente como para influir en la política le impide comportarse como un partido incontestable de poder.

El segundo, aún más preocupante, es que los malos no son lo suficientemente malos. En el peor de los casos son culpables de tener las cualidades y motivaciones que sus oponentes siempre les achacan, pero también las que tenían por sí mismos. Y a lo mejor, si usted es realmente caritativo, considerará que han seguido teniendo éxito en algunos grandes objetivos -el acuerdo de paz con los Estados vecinos, la candidatura de la UE- que sus opositores, en su deseo de serlo todo para la ciudadanía, podían atribuir a su cobardía.

Podría suceder que, si bien a una gran cantidad de personas no les resulta difícil aceptar el hecho de que los políticos que apoyaron son bastante inútiles, es realmente sorprendente que aquellos a quienes se opusieron desde hace años estén resultando ser menos malos de lo que esperaban.

Lo que queda es un conflicto sobre quién es o no suficientemente puro. Aunque ha habido indicios de gente que apunta a distintas direcciones y critica a unos y a otros por los pasos dados antes de esa fecha, el gran punto de inflexión parece haber sido las elecciones de 2012, donde la ya tradicional estrategia de "taparse la nariz" fue desafiada por un pintoresco boicot de las elecciones y un conjunto aún más pintoresco de gestos de apoyo "estratégico" al SNS por parte de algunas personas muy importantes (y publicaciones) que eran rivales desde hace mucho tiempo.

Esto resume de alguna manera la mayoría del conflicto, involucrando a algunas personas que solían estar de acuerdo entre sí en la mayoría de las cuestiones, y que ahora están divididas sobre cómo aceptan el culto a la personalidad de corta vida política de Aleksandar Vučić. Algunas personas insisten en que debería ser reivindicado por empujar a una Serbia reacia hacia Europa. Y algunos prefieren recordarlo siempre como el ingenuo de los labios de bilis que impuso una ley drásticamente restrictiva sobre la información pública y trató de crear un boulevard "Ratko Mladić". Son dimes y diretes (prepucavanje) comunes en política y es la clase de desacuerdo que las comunidades de discurso más extendidas manejan.

Esta comunidad no lo usa. Publicaciones independientes que una vez fueron interesantes están llenas de recriminaciones sobre quién ha vendido, volado, o lo que sea. ¿Y utilizan un lenguaje salaz? Pues claro. ¿Y emplean algunas apasionadas expresiones de apoyo o rechazo? Por supuesto. Y ¿alguien se siente obligado a explicar lo que está en juego? No, no lo hacen. ¿E importa eso algo? Probablemente al final no demasiado. Si usted no es miembro de uno de los pequeños grupos que participan en la lucha, entonces no le importa y nadie podrá decirle por qué debería preocuparle.

Nosotros, los profesores disfrutamos viendo este tipo de cosas porque es como una telenovela sobre nuestras vidas profesionales, donde las tensiones son inusualmente elevadas, porque los riesgos son extraordinariamente bajos. ¿Quieres tener una idea de nuestro sentido de lo que es una belleza prosaica y dramática? Imagínese una iluminación mate y un filtro difuso en la escena cuando Lucien Goldmann lanza su diatriba frente al oscurantismo implacable de Jacques Derrida:

Siento que Derrida, cuyas conclusiones no comparto, está jugando el papel de catalizador en la vida cultural francesa, y le rindo homenaje por ello. Me recuerda cuando llegué por primera vez en Francia en 1934. En ese momento se produjo un fuerte movimiento monárquico entre los estudiantes, y de pronto apareció un grupo que también defendía el realismo, ¡pero exigiendo un rey merovingio!

Lo peor de una guerra entre e-Novine y Peščanik, o cualquier otro de los pequeños medios de comunicación independientes que sobreviven en la región, es que en la medida en que la gente en estos campos se ocupan de otros a los que no les importan ellos se producen textos interesantes y útiles que pueden informar el debate sobre problemas reales. De lo contrario, sí. Ko voli Neka izvoli y ko razume shavtiće.

Fuente: Artículo cedido por East Ethnia (© Todos los derechos reservados), traducido del original inglés
Actualidad de los Balcanes Montenegro 09/08/2013
Actualidad de los Balcanes Knjacevac 03/08/2013

Un horno caldea la cooperación hispano-serbia

Entrevista con Lourdes Girón, investigadora gaditana de etno-arqueología

Entidades colaboradoras:

CUMEDIAE EaST Journal FACE THE BALKANS Oneworld Platform For SouthEast Europe
(*) Bajo la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
© Casa Balcanes